En lo referente a lo musical, nos encontramos ante un álbum brillante a la par que visionario. Basándose en el jazz más clásico nos encontramos con improvisaciones y largos periodos instrumentales de la calidad más alta en canciones como Moonchild. En primer lugar, nos encontramos con la canción 21st century schizoid man, con influencia del hard rock del momento; parece que al principio oímos ciertas máquinas, de vapor o algo así, propias del mundo de Metropolis, la obra de Fritz Lang. Sin previo aviso, la guitarra de Robert Fripp (quien se convertiría en el líder del grupo a partir del siguiente álbum In the wake of Poseidon) irrumpe con una gran distorsión, siguiendo una escala que rememora en cierta manera algún tema del blues. Una voz, la de Greg Lake (quien más tarde se marcharía a Emerson, Lake and Palmer con ganas de seguir en el "mundillo" del rock progresivo, aunque esta banda terminaría siendo más comercial con temas como Lucky man, Jerusalem o From the beginning), que nos enumera una serie de imágenes de lo más tétrico, que auguraban un futuro realmente espantoso. Las tres estrofas comparten una misma estructura. El primer verso esta compuesto por dos imágenes, como "death seed blind man's greed" ("semilla de la muerte la avaricia del hombre ciego"), absolutamente inconexas y de caracter surrealista. los segundos versos se componen de una única imagen, como "Neuro-surgeons scream for more" ("los neurocirujano gritan pidiendo más") o "Politicians' funeral pyre" ("pira funeraria de los políticos"). Los terceros versos como "Innocents with napalm fire" ("inocentes violados con fuego de napalm") o "nothing he's got he really needs" ("nada de lo que tiene realmente lo necesita"), están constituidos por una frase con un cierto sentido gramatical. Y todos los cuartos versos rezan: 21st century schizoid man (El hombre esquizoide del siglo veintiuno). Esta canción es, para mi, la más brillante del álbum, por lo rompedor y poético, así como por el aspecto musical. Las dos siguientes canciones, I talk to the wind y Epitaph, están dotadas de ritmo mucho más lento y cadencioso así como de una letra mucho más etérea y que no se refiere necesariamente al futuro. Lo instrumental de la primera está tocado por una serie de instrumentos de viento que consiguen hacer de la armonía de la canción algo realmente melódico. La percusión de la segunda es realmente brillante y está muy cuidada y medida.
En la cara segunda del álbum los encontramos con la canción Moonchild la canción de carácter más vanguardista del álbum. Esta canción tiene un largo periodo instrumental, como ya se ha comentado, de carácter jazzistico. La parte cantada, comparte grandes similitudes con los dos temas anteriores. La última canción In the court of the Crimson King es posiblemente la canción más aclamada de la banda inglesa (y no de manera injustificada) y cierra el álbum majestuosamente, y nunca mejor dicho. El riff temático de la canción fue interpretado por Ian McDonald con un mellotron. Los últimos sonidos de la canción sin embargo están repletos de terror y miedo hacia ¿un futuro incierto? (¡válgame la redundancia!).
J.M.C.
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