martes, 2 de julio de 2013

"LA ESPUMA DE LOS DÍAS" DE BORIS VIAN

Para romper con la tradición (corta, la verdad) de este blog, haré una crítica no del todo positiva de una obra. De La espuma de los días, que es una novela extraña, cuando menos, que escribió el misterioso Vian en el año 1947. No diré que la novela me ha encantado. Pero si me ha producto agradables ratos, momentos de fascinación y de sorpresa ante las situaciones tan inverosímiles que el autor nos presenta. Y es que el libro se desarrolla en un fascinante universo en donde el trabajo de los obreros es remunerado de mejor manera que el de los ingerieros para los que trabajan, algo denigrante para estos últimos, o así lo dice el personaje de "Chick", ingeniero de profesión. 

El libro nos presenta una historia de reducidos personajes: Colin y Chick, dos grandes amigos, y "sus chicas", Chloé y Alise. Cuando la historia comienza, Alise y Chick ya se conocen, pero Colin un solitario ricachón que "quiere estar enamorado" (o así lo declara), algo bastante bonito, por cierto. El nombre de Chloé no es accidental, sino que responde a la afición un tanto profesional que Vian tenía por el jazz (tocaba en una banda, algo que siempre le procuró felicidad): "Chloé" es un tema del genio Duke Ellington, citado numerosas veces en la novela. Y es que las referencias a mitos del jazz son contínuas. Canciones de Ellington, la "Calle Louis Armstrong", o la "Calle Sidney Bechet" (clarinetista mítico, y del cuál Woody Allen es un gran admirador; en cierta ocasión declaró que es la única persona que no conoce con quien le gustaría haber cenado). Yo por mi parte puedo imaginarme perfectamente a Vian rondando las calles de París de su Francia natal al son de Si tu vois ma mère, clásico de Bechet, y por otro lado uno de mis temas de jazz favoritos.

El modo en el que trata el tiempo o algunos pasajes lentos, hacen que esta novela no me acabe de encandilar. Pero sí me ha gustado, y bastante. No se convertirá por supuesto en una de mis obras predilectas de la literatura francesa del siglo XX, como pueden serlo El extranjero, Por el camino de Swann, El principito, pero si será una lectura que recomiende, de vez en cuando. 

La novela, absolutamente surrealista presenta ciertos elementos que le sacan a uno una sonrisa: el "pianóctel", un piano que prepara cócteles según la melodía que se ha tocado (y tiene en cuenta los fallos llevados a cabo, aunque no si se encuentran dentro de la tonalidad deseada); el filósofo, articulista y conferenciante "Jean Sol Partre", referencia al genial filósofo existencialista (nótese que también es citado Søren Kierkegaard, filósofo que dio pie a la corriente a la que Sartre, o Partre, pertenecieron); un ratón bigotudo que parece ser imagen de alguno de los personajes; anguilas que salen del lavabo y más tarde son utilizadas por el extrambótico cocinero Nicolás; o la extraña enfermedad de Chloé: un nenúfar en su pulmón.

El simbolismo en esto último, es opcional. Que cada uno entienda lo que quiera, y precisamente ahí reside la belleza de esta obra de arte: en que puede significar mucho para muchos, y poco para otros cuantos. El título de la novela, lo mismo. El tema de la espuma es citado de manera bastante poética en diversos pasajes. Y si les explicase aquí el significado del título (el cual no es del todo claro) o mi interpretación, me estaría ganando lo que vienen siendo "dos hostias" y me estaría convirtiendo en lo que comúnmente se denomina "un capullo". 


J.M.C.

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